lunes, 26 de septiembre de 2011

"La Flor Seca"










Se pueden imaginar lo que es ver una flor seca recobrar todo su color y aroma, o un río contaminado ver su agua cristalina de nuevo. O una mujer de 80 años ver como su piel se estira y en su pelo desaparece la blancura de sus canas regresando al tono que tenia unos 60 años atrás; y como su columna vertebral que estaba arqueada por los años, se endereza de nuevo y ya no renquea ni necesita aquel viejo bastón.


No estoy hablando de una formula de la eterna juventud, ni de ninguna película de ciencia ficción; sino que hablo del Poder de Dios. Es un Poder donde todas las cosas le obedecen. Es un Poder capaz de reconstruir todo lo destruido por el alcohol, las drogas, los abusos, y todas nuestras las debilidades. 

Es capaz de reconstruir tu matrimonio, tus sueños, y el amor que perdiste de tu familia. Tus finanzas y todo lo que parece irremediable. Eso es lo que hace el poder de Dios. Él es más real que cualquier cosa que puedas tocar en este momento, es mas real que alguna persona que este cerca de ti en este momento.

Así de real lo pudieron ver María y Marta las hermanas de Lázaro, cuando lo vieron salir de la tumba, atado de la misma forma en lo prepararon hacía cuatro días, al morir. En el momento en que Jesús le ordenó a Lázaro salir de la tumba, todo lo que parecía irremediable, el poder de Dios lo hizo.



Este mismo Poder de Dios está disponible para ti hoy. Él puede reconstruir todo lo que parece totalmente perdido y sin remedio. Él puede resucitar a un muerto si es necesario. “Oh Dios, restáuranos; Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos”. Salmos 80:3.

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